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viernes, 17 de junio de 2011

“DE LOS TRES TIPOS DE HISTORIA EN NIETZSCHE”

¡Hola a todos de nuevo! Aquí les dejo uno de mis trabajos que presente para obtener mi calificación final, en este caso fue para la materia de Filosofía de la Historia, curso que tomé con un extraordinario y gran profesor: el Lic. Fransisco Mancera. Ojalá y les guste. Se aceptan comentarios, acuerdos, desacuerdos, observaciones, reclamos, enojos y encoleraciones, pues, está crítica que hice a la Historia de México es severa. No quiero que tomen este texto como antipatriotico, sólo es una crítica.

“DE LOS TRES TIPOS DE HISTORIA EN NIETZSCHE”
Una reflexión en torno al exceso de melancolía histórica mexicana[1] y la necesidad de una crítica

PINEDA GARCÍA THELMA ZULEYMA                                     
 GRUPO: 0001
En este ensayo deseo expresar una reflexión en torno a nuestro exceso de Historia[2]: cómo, en palabras de Nietzsche, ésta nos ha dejado grandes aprensiones, veneraciones y cómo hemos ido en decadencia, por el exceso de la misma.
La exposición que hace Nietzsche, en su texto Sobre la utilidad y los perjuicios de la historia para la vida, es de carácter crítico sobre que, en las culturas, los pueblos y en los individuos existe un exceso de historia en su vida, lo cual llega a afectar, en el sentido de, siempre voltear hacia el pasado, de añorar los “buenos tiempos” y hacer hasta lo imposible para retornar a ellos y que la vida nos “pinte mejor”.
Inicio con una cita de Nietzsche que da entrada a lo que quiero llegar a expresar con su ayuda: existe un grado de insomnio, de rumiar, de sentido histórico, en el que lo vivo es resiente y, finalmente, sucumbe, ya se trate de un individuo, de un pueblo, o de una cultura.[3] La consideración a la que nos invita, en este caso el autor, es que: lo histórico y lo a histórico son igualmente necesarios para la salud de los individuos, de los pueblos y de las culturas.[4] Para ello hace una exposición de tres tipos de Historia: monumental, anticuaria y crítica, las cuales explicare para así después ahondar en la cuestión de cómo los mexicanos hemos sufrido ese exceso y cómo ha repercutido, de manera que nos ha enfermado de fanatismo.
Nietzsche nos plantea en su texto cuales son las consecuencias del exceso de cultura histórica: contradicción del ser íntimo y su entorno; instintos populares que nos producen inmadurez; la sobreestimación de la caducidad del hombre y el desarrollo del escepticismo y cinismo. Todo lo anterior nos lleva a un practicismo que destruye la vitalidad que tiene el hombre, esa “fuerza vital”.
“El conocimiento histórico debe tener límites”, el autor plantea el porqué debe haber una regulación del deseo de saber sobre el pasado, tanto que, el saber como el no saber debilitan, enferman, corrompen y hacen torpe al hombre, en la medida que lo llevan a teorizar, a idealizar. Necesitamos tener un sentido histórico más no un exceso que no nos permita conocernos y desarrollarnos. “En tres aspectos pertenece la historia al ser vivo: en la medida en que es un ser activo y persigue un objetivo, en la medida en que preserva y venera lo que ha hecho, en la medida en que sufre y tiene necesidad de una liberación.”[5]
Las tres formas de aparición de los estudios históricos son:
1.      Historia monumental: esta es la que persigue un objetivo en tanto que el ser es activo. Es la inscripción en y para la memoria colectiva. Evoca sucesos pasados que fueron positivos en la Historia, tener un incentivo del mismo, para traerlo al presente. Son, pues, los máximos momentos de la Historia “idealizados” como un modelo de aspiración y de impulso para la humanidad. Ésta “huye de la resignación y utiliza la historia como remedio contra ella.”[6]  Propone que lo grande debe ser eterno, lo que suscita, dice Nietzsche, la más terrible de las luchas. “Cuando un hombre que desea realizar algo grande tiene la necesidad del pasado, se apropia de él mediante la historia monumental.”[7]
2.      Historia anticuaria: esta es la que es digna de veneración es: “el que persiste en lo habitual y venera a lo largo del tiempo, cultiva el pasado.”[8] Es quien vuelve la mirada hacia el pasado con gran admiración de lo que se hizo y que a su vez quiere seguir cultivando la antigüedad. Sienten una añoranza de lo pasado, se enferman de melancolía y ésa es la que los hace querer paralizar el presente y condenarlo, sin querer probarlo, ya que anhela quedarse y aspirar siempre a lo pasado, a lo que ya fue y que para él seguirá siendo.
3.      Historia crítica: esta es necesaria para disolver el fanatismo sobre el pasado, la que logra traer al pasado hacia la justicia para poder someterla a un interrogatorio minucioso[9], ya que, siempre el pasado merece ser condenado para así darle paso a lo nuevo. Nos propone una especie de olvido, el que hace posible la acción, es esa suspensión de ideas del pasado como lo mejor, lo que se añora, para así dar paso, a través del olvido, a la vida misma, a esa transición de lo pasado a lo presente.
 Estos tres tipos de Historia, planteados por Nietzsche, nos permite hacer una reflexión en torno a cómo en México siempre se ha añorado el pasado: digno de veneración y objetivos para la vida presente. Creo que eso nos ha llevado a un exceso desmesurado de melancolía, de querer regresar como sea posible a nuestro pasado. Ejemplo de ello, fue el año del Bicentenario de la Independencia de México, un retorno brutal a ese sentimiento melancólico de hacer un país mejor, como lo hicieron nuestros héroes que nos dieron patria. 
Si bien, pienso que se ha idealizado más de lo normal tanto a los “héroes” como las acciones que hicieron para darnos “un país independiente”. Recuerdo mis clases de Historia en la primaria, en las que me decían que: Hidalgo es el padre de nuestra patria porque él logro liberar a los esclavos y se preocupo porque todos tuviéramos un lugar mejor donde vivir y por eso mismo, se llevo a cabo la independencia. Sin embargo, los libros de texto nos ciegan con este tipo de visiones de la Historia: un proceso evolutivo en el cual siempre se ha preservado hacer el bien para que otras generaciones hagan lo mismo que se hizo en la antigüedad por el país. Esto me es alusivo a una especie de “identidad nacional” que nos quieren forjar como “buenos ciudadanos y mexicanos”.
Creo que este tipo de visiones nos ciegan a la realidad, nos hacen fanatizarnos sobre algo que ya pasó, que ya fue y que nos es contado de manera manipulada[10], ya que, en primera instancia la Historia  no se debe entender como un proceso de progreso, para ello, me encuentro de acuerdo con la enunciación que hace Schopenhauer en su apéndice titulado “Sobre la Historia” en su texto El mundo como voluntad y representación en donde dice: “la idea de transformación histórica, son sólo ilusiones”[11].
La Historia para Schopenhauer es interpretada de manera subjetiva, se relata mas no hace un progreso ya que el ser humano y sus aspiraciones no dejan de ser las mismas, por lo que se sigue que la esencia de la existencia humana “no puede modificarse”, ya que, la experiencia del hombre siempre va dirigida al dolor, a la carencia, a la vileza y a la bajeza. Y creo que esto es más que cierto, la esencia del hombre, conforme la Historia nos la presenta, es la incesante persistencia por obtener el dominio[12], ese poder que corrompe las buenas: ideas, intenciones, metas y todo lo positivo. Este dominio es justificado por el relato de la Historia como una especie de: si se hizo eso en el pasado para preservar un bien, se debe de hacer lo mismo para obtener los mismos resultados. Y por consiguiente, podemos volver a notar que el dominio y la justificación del mismo son presentados por la Historia.
Retornando a la postulación nietzscheana, creo que nuestro país tiene un exceso de Historia monumental y anticuaria, y una carencia de Historia crítica. Esto es más evidente en cuanto a cómo es relatada la Historia en la educación básica, con omisiones que son fundamentales para entender el proceso del porqué se dieron las cosas, en este caso, la idea principal de la independencia mexicana que fue: la separación económica y política de España y no tergiversar que el padre Hidalgo se apiado por los pobres indígenas explotados y con el desarrollo de la misma logró liberarlos del yugo del dominio. Creo que aquí encontramos una justificación de porque la  lucha de independencia fue benéfica para los criollos: luchar por obtener el domino, en este caso, de la Nueva España.
Y sin embargo, “monumentalizamos” nuestra Historia a tal grado de fanatizarnos, tergiversando lo que fue, para hacernos de una identidad, de un nacionalismo. Ejemplo de ello, son nuestros monumentos, las placas que llevan mensajes de aliento, veneración y sumo agradecimiento de lo que “hicieron por México”, esas frases de: “murió por la patria”; esas conmemoraciones una vez al año, la ceremonia del grito de independencia encabezada por el presidente de la republica. Creo que esa es la primera manifestación de que, tenemos un exceso de Historia monumental, de esa descripción mítica manipulada y de idealización del pasado. A su vez, esa misma, nos lleva hacia una veneración incesante, a esa adicción de recordar y añorar los buenos tiempos, nos enfermamos de melancolía, de ese sentimiento de anhelo por regresar a lo pasado, de seguir un presente dentro del pasado mismo. Nietzsche describe al anticuario de esta manera:
El sentido anticuario de un individuo, de una comunidad, de todo un pueblo, tiene siempre un campo de visión muy limitado, no percibe la mayor parte de fenómenos, y los pocos que percibe los ve demasiado cerca y de forma muy aislada. No puede evaluar los objetos y, en consecuencia, considera todo igualmente importante y, por eso, da demasiada importancia a las cosas singulares.[13]

  Creo que eso es lo que pasa cuando gloriamos más de lo normal a nuestra Historia, en lugar de comprender esos fenómenos que por alguna razón se dieron, queremos que de una u otra manera se vuelvan a repetir. Si no llegamos a una comprensión de la Historia como fenómenos que ya fueron y que jamás se volverán a repetir[14], seguiremos en un fanatismo por querer volver a ser un Miguel Hidalgo, un Aldama, un Vicente Guerrero, una Josefa Ortiz y creo que no se trata de eso. En algún rasgo creo que se nota un sentido anti nacionalista, pero no es así, yo me siento orgullosa de ser mexicana, pero no con una tergiversación de lo que fue, sino lo que trato de proponer es ser más analíticos, que hagamos uso de una Historia crítica, que nos  documentemos, para así tratar de comprenderla y poder juzgarla para dar paso a lo nuevo.
 Anteriormente, yo era una personita[15] fanatizada por todo lo que hicieron los que algún día considere mis héroes preferidos. Hasta que cursando el bachillerato, junto con mis clases de Historia y Filosofía de México, sometimos a un análisis, con fuentes más especializadas, de cómo se dio este proceso. Mi sorpresa fue tal, que llegue a sentirme antipatriota, sin identidad, empecé a ver como los intereses de dominio estaban por encima de los intereses del pueblo, de los indígenas, de los demás. 
Me di cuenta que fui muy ingenua al creer que Hidalgo realmente quería libertad integra para los indígenas explotados, entendí que el Artículo segundo de la Constitución Mexicana[16] no fue iniciativa de Hidalgo, me di cuenta que él los utilizo para tratar de conseguir su objetivo: la independencia de España. Exactamente estas fueron las palabras que leí en el texto de Historia de la filosofía en México de José Manuel Villalpando Nava:
“El pensamiento libertario de Hidalgo, no se plasmo en un escrito; no es una doctrina; es, fundamentalmente, una expresión del gran sentido moral con el que participo en la lucha, y que, movido por él, tuvo que enfrentar la crudeza de su realidad en la violencia, y la pena que ésta le causo en su conciencia.”[17]   

Nos dice más adelante, en su mismo texto, en palabras de Luis Villoro[18] el dolor de Hidalgo en cuanto a la muerte de todos los indígenas que lucharon por su causa:
En las horas postreras, el cura de Dolores percibe con lucidez asombrosa el problema moral que habrá de preocupar a toda la historia posterior de su patria y que podemos condensar en dos palabras: violencia y libertad, Hidalgo siente que los actos de violencia cometidos ya no podrán justificarse con acciones posteriores, pues la muerte no concede plazos; entonces llora sobre ellos. En las declaraciones de su proceso judicial nos deja el testimonio de su dolor…[19]
Aquí me entra la pregunta de si efectivamente era liberar a los indígenas del yugo del dominio o simplemente usarlos como medios para llegar a su fin. Entonces si es lo primero, ¿por qué los mando a la lucha si el que tenía que luchar era él junto con los “libertadores”? ; Si fue lo segundo, a un estilo maquiavélico, por qué sufre o se siente mal si “el fin justifica los medios.” Esto no quiere decir que si fuese lo segundo no tendría que sentir culpa, sino que estaría consiente de que todo esto iba encaminado a un bien. Por lo que se me hace alusivo a que sabía que su causa no era justa y dispareja. En cuanto a la posición de sentirme orgullosa de este movimiento de lucha por lograr una “independencia”, no estoy muy entusiasmada y feliz por lo que se cree realizado, sino que me siento decepcionada y creo que no lo hemos logrado aún, creo que no somos independientes y estamos muy lejos de serlo, ya que, seguimos dependiendo, no de España, pero sí de Estados Unidos. Un ejemplo de nación independiente sería Cuba, aunque está sometida a una dictadura y no hay democracia, pero no depende de ningún país para subsistir, ellos sí han demostrado ser independientes y haberse liberado de Estados Unidos, pero México creo que todavía le falta visión y ganas de querer ser un país independiente.
Sin duda, creo que he presentado como es que, en efecto, Nietzsche nos hace que a través de nuestra Historia hagamos uso de una crítica para poder ver tanto los aciertos como los errores cometidos dentro de la misma y así, poder comprender lo que fue para dar paso, a partir de esas observaciones, a tratar de encaminar un objetivo a partir de lo que ya llegamos a comprender.
Creo que el empleo de los tres tipos de Historia es sumamente necesario para la vida, ya que, tenemos la necesidad de fijarnos un objetivo, tenemos la necesidad de admirar lo acontecido siempre y cuando tengamos un conocimiento y entendimiento adecuado de ello, y por último tenemos la necesidad de tener un arma crítica que nos pueda, de vez en cuando, abrir los ojos al pasado y a la realidad, que sea esa medicina para quitar ese dolor de cabeza con tantos mitos e idealizaciones de la Historia y así poder comprender el pasado y dar paso al presente y no querer cambiar el mundo hacia el bien o hacia el mal, sino que tratemos de comprender al hombre, sus aspiraciones y  por qué el domino ha persistido y persistirá a lo largo de la misma.
En cuanto a la identidad nacional, creo que hay diferentes maneras de encontrar una y no es necesario irnos a los hechos heroicos para sentirnos orgullosos de ser mexicanos, tenemos riqueza cultural prehispánica, podemos ver la transición de cómo se han fusionado nuestros antepasados con nuestro presente, tenemos mucho más que admirar, de que sentirnos orgullosos, no simplemente de la Historia. Es necesaria y vital, mas no es sinónimo de exceso y fanatismo. Hay que hacer un empleo adecuado de ella y así comprendernos a nosotros mismos.   

Bibliografía citada:
·         Nietzsche, F.  Sobre la utilidad y los prejuicios de la historia para la vida, digitalizado por Librodot.com, http://www.librodot.com
·         Schopenhauer, Arthur. “Sobre la Historia” en El mundo como voluntad y representación, trad. Pilar López de Santa María, Madrid, Trotta, 2009.
·         Villalpando Nava, José Manuel. Historia de la filosofía en México, México, Porrúa, 2002.
Bibliografía consultada:
·         Gral. Galván Galván, Guillermo, Compendio histórico de la Independencia y la Revolución Mexicana, México, SEDENA, 2010 ( Cap. 1 y 2)
·         Vázquez Zoraida, Josefina. “De la independencia a la consolidación republicana” en Nueva historia mínima de México, México, COLMEX, 2007
       Libro de texto
·          Treviño Villareal, Héctor J. (et. al.) Historia de México educación secundaria: tercer grado, México, Ediciones Castillo, 2005 (Unidad 3: La Independencia de México)



[1] En cuanto a la Independencia de México.
[2] Historia, con mayúscula, la empleo en todo el texto debido a que en el español no tenemos una palabra que nos remita a la Historia como materia de estudio de los acontecimientos pasados y suele malinterpretarse con un relato que no tiene mucha relevancia.
[3] F. Nietzsche, Sobre la utilidad y los prejuicios de la historia para la vida, digitalizado por Librodot.com, http://www.librodot.com, pg. 4. Cursivas del texto.
[4] Ibid., pg. 5. Cursivas del texto.
[5] Ibid., pg. 8
[6] Ibidem.
[7] Ibid., pg. 12
[8] Ibidem.
[9] Ibid., pg. 15
[10] Refiriéndome a la idea de que el pasado es una construcción de imágenes manipuladas y que esto genera más problemas que entendimiento de un conocimiento.
[11] Cfr. Schopenhauer, El mundo como voluntad y representación II, pg. 494. (506)
[12] Cfr. Ibidem.
[13] Nietzsche, op. cit., pg. 14
[14] Cfr. Schopenhauer, op.cit., pg. 491  
[15] Refiriéndome a mi etapa de estudiante de primaria y parte de secundaria.
[16] Referente a los derechos de los indígenas. Esto me es alusivo a una estrategia política, como las que conocemos comúnmente de: te prometo tal cosa, si tú contribuyes a mi causa. Una especie de engaño a los indígenas para contribuir a la lucha de independencia. Al pensar esto se me viene a la cabeza, imágenes de una campaña política, como las del PRI, PAN, PRD que tratan de convencer a la gente con promesas que nunca llegaran si es que ellos llegan al poder.
[17] José Manuel Villalpando Nava, Historia de la filosofía en México, pg. 177
[18] Un gran pensador mexicano que más profundamente ha estudiado la ideología independentista.
[19] José Manuel Villalpando Nava, op.cit., pg. 177

5 comentarios:

  1. Muy interesante tu planteamiento digno de elogiar, aunque creería que con mas ejemplos historicos desvirtuados podrias enriquecer aun mas este trabajo.

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  2. Interesante, gracias por compartirlo! Saludos!

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  3. Bueno creo que Cuba no es precisamente un buen ejemplo, pues sobrevivio gracias a la URSS, y luego a Venezuela... ahora veremos que pasa con ellos... del resto coincido totalmente, los "héroes que nos dieron patria" lo hicieron básicamente por estar en contra de los españoles peninsulares y no a favor de los mas pobres... de hecho he leido que los criollos eran mas racistas con los nativos que ni los europeos... saludos.

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  4. Amiga, podría contactarme contigo por algunas preguntas que tengo? Gracias

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